Seguramente muchos de ustedes han tenido la fortuna de disfrutar de El Bolsón, al interior del Parque Nacional Raval Siete Tazas. Ese trekking de cerca de 4 horas, inmerso entre bosques nativos y montañas que en temporada primavera – verano – otoño destaca en la Región del Maule, como uno de los más populares de la zona centro – sur. Sin embargo, estamos seguros que pocos de ustedes han tenido la dicha de subir hacia el sector del Colmillo del Diablo ¡¡en invierno!!
Sin dudas no es tan simple hacerlo en esta época. No solo por las características climáticas y geográficas del lugar, que durante algunas semanas se transformó en un manto de nieve, cubriendo variadas postales que son sumamente emblemáticas al interior del parque antes mencionado. Al acercarse al refugio se puede observar el imponente Colmillo del Diablo, con su característica forma puntiaguda y que vigila todo el lugar, en esta época, cubierto de nieve. Eso sí, por estos días el llegar allí se vuelve una tarea compleja, además, por la prohibición de hacerlo a través de la vía regular al interior del parque, ya que CONAF no tiene habilitado el sendero hasta probablemente los últimos meses del año, cuando la conexión se haga mucho más segura para viajeros y visitantes. Es por lo anterior que aquellos valientes deben acceder a El Bolsón a través de espacios que son privados, y que no pertenecen a la administración de la Corporación Nacional Forestal.
Evelyn es una de ellas (@evelynandrea07). La joven de 30 años manifiesta que visitó el lugar pidiendo permiso a sectores de privados, tardando cerca de 60 minutos para llegar. «Tardé 1 hora aproximadamente ya que fuimos por camino privado y avanzamos bastante en camioneta. No hicimos ningún registro ni en Carabineros ni en Conaf, ya que el acceso fue a través de privados. Por esto solo se solicita a los propietarios el permiso para ingresar», indica Evelyn, quien recorrió hacia Bolsón el fin de semana del 20 de julio pasado. A la vez, comenta que visitar esta zona en invierno es sumamente diferente a hacerlo en verano. «Visitarlo en invierno es muy diferente. El paisaje cambia drásticamente, e incluso el color del agua se aprecia diferente».
Catalina Román (@caaatuurraa), por su parte, también visitó El Bolsón hace algunas semanas, y añade que en invierno tiene su magia también. «Fui el 18 de mayo con 3 personas más. Experiencia sumamente bonita y cansadora. Normalmente, sin peso para acampar, para caminarlo me ha tomado 2 horas 45 minutos hasta el camping, pero esta vez nos demoramos 4 h 15 minutos. Entonces es una experiencia bonita, pero agotadora», indica.
El paso del río Claro ayuda a los caminantes a refrescarse y descansar para seguir la ruta en verano. Es sumamente agradable llegar a ese sector en enero, febrero, o marzo, sin embargo, en invierno, al cruzar ese emblemático punto del Parque Nacional Radal Siete Tazas, el panorama es totalmente diferente. «La nieve empezó a llegar hasta la rodilla después de cruzar el río. Desde ahí, se hizo mucho más lenta la caminata. Los pies no los sientes, porque obviamente te entra nieve. Vas pisando espacios donde es más profundo y puedes quedar todo mojado. Aún así, una experiencia muy bonita», añade Catalina, quien admite haber hecho este recorrido en más de alguna ocasión, pero en tiempos más de verano.
Finalmente, sobre la preparación para este tipo de actividades, Ramón Casanova, dedicado al senderismo durante toda su vida y perteneciente al Club Andino Curicó, indica que esto debe ser totalmente diferente a la planificación que uno hace para senderos como El Bolsón en verano. «Tener el adecuado equipo es fundamental. Ya sea calzado impermeable, porque en esta época hay nieve en ese sector. Sobre todo porque uno se puede encontrar con agua de los deshielos, incluso. Entonces es importante tener el equipo adecuado: calzado impermeable, no de trekking. Ideal el de media montaña. Ropa que permita la repelencia al agua, y todas las capas son necesarias. Primera, segunda, e incluso tercera capa».
Para quienes deseen acampar en zonas como estas, Casanova añade sobre la importancia de una carpa de cuatro estaciones, e incluso una de tres. Además, «se debe contar ojalá con un saco de -4 o -5, y tener mucho cuidado con los pasos de agua. En esta época, hay pasadas de agua que se activan de día, cuando hay sol. Esto, por las condiciones climáticas, puede variar. Con lluvia, crecerá más. Hay casos de personas que han quedado atrapadas por el estado».
Por último, agrega que «el área está bien despejada al llegar a El Bolsón. No debería haber peligro de avalanchas. Es un espacio relativamente plano, y se deben trabajar las técnicas de acampar si es que hay nieve. Despejar el terreno y aplanarlo es importante, y si la nieve está blanda, hay que compactarla al tamaño de la carpa».
Tanto Evelyn como Carla coinciden en que hay que estar sumamente preparado para hacer la travesía hacia El Bolsón en invierno. No solo por las características geográficas y climáticas de la zona, sino que también por las complicaciones que se podrían encontrar en el camino. Ser cuidadoso y respetuoso con el medioambiente requiere además no alterar las zonas protegidas, evitando botar basura, y dejando ojalá la menor cantidad de rastros de que las visitaste. Si vas en invierno, es vital no hacerlo en solitario, por lo cambiante que puede ser el clima en esta zona de la Provincia de Curicó, la cual en verano suele ser una travesía corta y donde el calor parece ser la única mayor dificultad, pero que en invierno puede traer más de una complicación extra por la nieve, el hielo, el viento, y el frío. En meses como junio o julio son tierras mucho más inhóspitas, pero significativas para los curicanos y curicanas.